La victoria del fútbol argentino contra una nueva amenaza de privatización

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En 2018 Mauricio Macri volvió a intentar desde el Gobierno uno de sus objetivos más ansiados que ya intentó cuando era presidente de Boca, el convertir los clubes en Sociedades Anónimas Deportivas para que los empresarios tuvieran el control total. Los promotores de la idea utilizaron a España como ejemplo de éxito de este nuevo modelo obviando las grandes crisis que se están viviendo en clubes como el Valencia, el Real Zaragoza o el Málaga en gran parte por culpa de sus dirigentes. Afortunadamente no lo consiguieron pero esta amenaza es real y no hay dudas de que volverá a haber un intento de conversión en SAD en los próximos años. En un país donde el fútbol lo es todo y los clubes son un miembro más de las familias, el rechazo de los aficionados es casi unánime a esta medida pero el dinero llama al dinero y las presiones son cada vez mayores. 


Argentina es un país peculiar donde el fútbol y la política tienen una conexión más que directa. El mayor ejemplo de esta relación no es otro que el propio Macri, que en los últimos 25 años ha sido presidente de Boca, alcalde de Buenos Aires y presidente del país, con todas las relaciones que ello conlleva en uno y otro sentido. Pero no es el único caso ya que Matías Lammens, actual ministro de Turismo y Deporte, fue durante 7 años el principal dirigente de San Lorenzo. En otros países ya hubieran hecho y deshecho a su antojo, pero el poder de las hinchadas en Argentina sigue siendo muy importante y a día de hoy se mantienen firmes. Como dijo el comunicador Alejandro Fabbri: “El fútbol es una religión. No se regala. Ni se vende. Ni se alquila”.



Para entender mejor cómo funcionan los clubes argentinos hablamos con Lautaro Segura, periodista del Día de la Plata, que nos cuenta las distintas formas de gestionar un club en el país, con ejemplos a seguir y otros que casi se podrían considerar una SAD encubierta. Como dice el refrán: “Hecha la ley, hecha la trampa”


¿Qué es un club deportivo en Argentina?


Antes de profundizar en algunos de los clubes, conviene aclarar qué supone para la comunidad el formar parte de un club deportivo. “Aunque el fútbol termine eclipsando al resto, lo cierto es que estamos hablando de entidades sociales que buscan integrar y unir a la comunidad gracias al deporte. Por ello se suele hablar de “clubes con fútbol, no de “clubes de fútbol” - Nos explica Lautaro. Por poner un ejemplo con uno de los grandes del país, en River Plate destacan sus equipos de baloncesto, voleibol, hockey hierba, balonmano o natación. Pero aparte de ello cuenta con instalaciones para otra docena de deportes como ajedrez, atletismo, tenis de mesa o kárate, entre otros. Algunas de estas actividades se realizan dentro del propio estadio Monumental que cuenta con un pabellón debajo de las tribunas.



Este es uno de los motivos por el que los aficionados se identifican tanto con sus clubes, ya que son un lugar de reunión donde cada miembro de la familia puede dedicarse durante la semana a su actividad favorita y juntarse el domingo para animar en el estadio de fútbol. Pero en muchos de los clubes hay otra cara que daría para un libro o un documental como el que hizo Jon Sistiaga. Hablamos de las barras bravas. Estos grupos ultras se han ido introduciendo en los clubes, obteniendo una gran cuota de poder a cambio de ofrecer sus servicios al club, generalmente de seguridad o la organización previa a los partidos… Un submundo complicado que hay que tener muy en cuenta para poder entender todas las aristas del fútbol argentino.


El club de barrio más grande del mundo


“Si hay un club que está haciendo las cosas bien y que merece una mención especial en este artículo es Lanús, conocido como sus socios como El club de barrio más grande del mundo. Además, su némesis, uno de los ejemplos de cómo gestionar una entidad como una empresa está también en el Sur del gran Buenos Aires por lo que a pocos kilómetros se puede ver este contraste”. Seguimos la pista de Lanús tras el consejo de Lautaro para entender cómo un club de barrio puede llegar a una final de Libertadores y quedarse a un paso de lograr el mayor título continental.


La respuesta es tan sencilla como complicada de llevar a cabo: una buena gestión, honestidad y trabajo. Fundado en enero de 1915 cuenta con 40.000 socios en la actualidad y manteniéndose fieles a sus comienzos han impulsado no solo el deporte sino la educación, ya que cuentan en sus instalaciones con guarderías, colegios, incluso estudios superiores de educación física. Pero el apoyo a la comunidad y su origen humilde no han servido de excusa para que el club haya sido ambicioso en busca de objetivos deportivos. En el siglo XXI han logrado dos campeonatos argentinos, una Copa Sudamericana y un segundo puesto en la Libertadores como antes mencionábamos. 



Se quedaron a un paso del Mundialito de clubes, pero en Lanús ellos cuentan con su propio Mundialito. Cientos de equipos de categoría infantil se juntan en el barrio en un torneo que tiene ya más de 10 años y en el que se busca concienciar a los más pequeños de las bondades del deporte. Y de paso a los Granates les ha servido para reclutar a algunos jóvenes jugadores como el caso de Lautaro Acosta, que entró en la Academia de Lanús tras un Mundialito e hizo una gran carrera que le llevó a Europa durante varios años, a Sevilla y a Santander concretamente, antes de volver al propio Club Atlético Lanús.


Lautaro no se olvida de su ciudad natal y nos recuerda el último gran hito de uno de los principales clubes de su ciudad natal: “Siendo yo de La Plata no quería olvidarme de mi equipo, de Estudiantes, que con sus recursos ha conseguido construir un estadio para 30.000 aficionados, que ha tenido un coste de unos 45 millones de dólares”.



El poder en la sombra de Bragarnik


Uno de los puntos a tener muy en cuenta en este juego de tronos es que hay dos activos muy importantes en lo económico que tienen los clubes: las instalaciones y los jugadores. En el estadio y los alrededores hay poco margen de negocio para los empresarios pero con los futbolistas hay mucha “plata” a poder rentabilizar. Esto lo sabe muy bien Christian Bragarnik, representante, presidente del Elche CF desde hace un par de años y hombre fuerte en el club argentino Defensa y Justicia, club también en el Sur del Gran Buenos Aires en el distrito de Florencio Varela. De su mano han llegado jugadores importantes al equipo, muchos de ellos representados por él mismo y desde muchos clubes se le ve como una amenaza para el espíritu del fútbol del país.


Bragarnik es un tipo misterioso, con muchos negocios en distintas partes del mundo. Él colaboró por ejemplo para que Maradona llegara a Dorados de Sinaloa y aunque es uno de los principales asesores de Defensa y Justicia también tiene muy buena relación con el presidente de Boca que le pide consejos de vez en cuando en temas de fichajes. Hay mil habladurías sobre él, que el propio Bragarnik siempre ha rechazado como que Defensa y Justicia es utilizado para lavar dinero de otros negocios.





Lo cierto es que en lo deportivo el equipo ha crecido mucho y en la 18/19 se quedó a las puertas de lograr su primera Superliga Argentina quedando solo por detrás de Racing. “Fue curioso porque generalmente los argentinos animan al equipo pequeño cuando el suyo no tiene opciones de ganar, pero la mayoría íbamos con Racing solo porque este modelo de gestión oscuro de Defensa y de Bragarnik no consiguiera el título”.


Otro caso de un presidente que tiene relación con otros clubes es el de Andrés Fassi de Talleres de Córdoba, vicepresidente además del Pachuca mexicano, y que está a caballo entre ambas ciudades. Cuando él llegó al club estaban en Federal A y logró dos ascensos consecutivos, han aumentado los socios y se le ha dado un impulso muy importante a la cantera. “Está haciendo las cosas muy bien, pensando no solo en el presentes sino en el futuro del club. Es un club vendedor que este año ha sacado más de 7,5 millones de dólares por Nahuel Bustos, fichado por el Girona. Y por supuesto una de sus grandes ventas, la de Sebastián Palacios, fue al Pachuca mexicano. Este es el ejemplo de que un empresario también puede hacer bien las cosas pero siempre con el control de los socios por detrás”.

 

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